lunes, 11 de octubre de 2021

Rickenbacker 4001. Sorprendente!


Sí sorprendete! 
Al menos para mí. Acostumbrado a Fender, estos bajos me han sorprendido por sus características. Escala más corta de lo normal, cuerdas más juntas, algo incómodos por su contorno (pero uno se acostumbra), estética espectacular. Y lo mejor, su sonido característico. Me encantan esos agudos!


Este concrétamente es del 81. Las clavijas son diferentes a las Grover de años anteriores, pero más robustas.

Como se puede ver la circuitería no es del todo original. En algún momento se sustituyó uno de los condensadores y hay dos potes que no deben ser originales. Por lo que cambié uno por un push-pull como el que montan los actuales 4003. De esta forma se puede cambiar del sonido clásico al sonido actual.
Estos bajos vienen con la pastilla del puente "capada" por decirlo de alguna manera. El diseño del circuito hace que en ella se eliminen los graves. Supongo que con la intención de enviar su sonido a un amp con efectos mediante el ric-o-sound. O algo así... que me corrija alguien si ando equivocado.

Tenía un ajuste aceptable pero las almas estaban algo dobladas por la tensión. Y se hacía difícil meter la llave para ajustarlo. Algo típico en estos bajos.


El diapasón estaba bastante deteriorado con desconchones por todas partes. 


        

He aquí la mesa de operaciones que me hice el pasado verano. Lástima que no tenga más tiempo para usarla...

Para solucionar el problema de las almas las enderecé y cambié la pieza que hace de tope por una nueva. Las hace un compañero de Bajistas.Org del que puedo pasar el contacto a quien lo precise. Esta pieza da más estabilidad y permite un ajuste mejor.






Aproveché para pulir un poco los tornillos.


El puente estaba algo torcido, también algo típico en estos bajos si son viejos o se ha abusado de ellos con calibres de cuerdas exagerados.


La solución es enderezarlo y poner un par de tornillos. Pero no me gusta cambiar la estética de bajos clásicos. Así que hice una pieza que queda escondida debajo del cordal y evita que el mismo se levante.



Al no tener el embellecedor de la pastilla del puente se optó por comprar un "bizel" que permite tocar con más comodidad.


Aquí podemos ver el deterioro de los trastes y el diapasón así como su restauración.









El objetivo final era dejar el bajo lo más original posible pero también es importante que sea funcional y estable. Y creo que se consiguió.