domingo, 26 de junio de 2016

El talón de Aquiles de Fender.

Os presento el mejor jazz bass que he probado:


Se trata de una reedición del 75 que me envió el compañero David del foro bajistas.org. para reparar.
Pese a la reparación que había que hacerle sonaba espectacular. Tenía el mástil curvado e impracticable para slapear, pero solo enchufarlo en el bassman 135 y dar la primera nota ya se podía apreciar el sonidazo. ¿Qué digo? desenchufado ya se notaba perfectamente esa vibración aterciopelada que me encanta y las pastillas la reproducen perfectamente.
Justo el sonido que me gusta!
Lo malo es que el mástil estaba doblado y el alma no respondía ya que le pasaba lo que a muchos bajos con alma simple, La "bala" deforma la madera al apretar y eso hace que se levante el diapasón rajandolo  e impidiendo que pueda corregirse la curvatura.



Tiene montado un puente Wilckinson que aunque económico es una muy buena opción. A raíz de probarlo yo mismo he instalado uno en mi jazz bass.



 Una cosa que nunca entenderé, y menos en un bajo de este precio, es que no puedan limpiar el serrín sobrante antes de ensamblar las piezas. Será un truco para dar un sonido especial al instrumento... Yo creo que más bien hay mucho guarrete por ahí...


Al lío. En la siguiente foto se aprecia como está rajado el diapasón por la deformación de la madera al no aguantar la presión de la bala al ajustar el alma.



Se puede ver la curvatura del mástil que prácticamente era la misma con el alma en tensión o aflojada al máximo.


Lo primero es "abrir"


No sé si se aprecia pero el arce presenta una protuberancia muy fea.


Siguiendo experiencias anteriores hice una pieza más robusta para que aguantara mejor la presión.
Se pueden ver piezas que use en otra reparación y que aguantaron un tiempo pero al final hubo que cambiarlas.





Además de darle la forma y tamaño a la pieza le hago agujeros y avellanados para reforzar con tornillos. Y por último ranuras para que se adhiera mejor el adhesivo. En este caso epoxy.




Compruebo el encaje y que aguanta la tensión rectificando correctamente la curvatura.



 Así que lo pego.


Es el momento para aprovechar y repasar los trastes e hidratar el diapasón.








Ahora la elección de la madera apropiada. Como ya sabéis el tono de la madera puede variar considerablemente aunque sea de la misma especie. Así que me hice con varias tablillas y elegí la que creía que podía parecerse más una vez aceitada.


Como viene cortada a lo bruto hay que arreglarla un poco para que asiente bien .






 Luego se corta en el sentido que convenga para cuadrar la veta con la que tiene el diapasón.


Como siempre salen "poblemas" por todas partes y aquí no podían faltar... Prácticamente no se apreciaba pero después de tanto magreo la madera de debajo de la cejilla estaba resquebrajada y opté por sustituirla en vez de pegarla. Para ello tuve que cortar por lo sano...


Y entonces a dar forma a la criatura...


Detalle de la madera al echarle un escupitajo para comprobar el tono.



El radio del diapasón.







Encolando y a ver que pasa...


Y como no, otro "poblemilla". Me cargué la cejilla al quitarla.


Resultado; tuve que hacer otra...


Pero la cosa no iba tan mal


Después de aceitar hasta parece un trabajo "pofesioná"




          





Como se puede ver nos aceité la parte final del diapasón. Esto es porque luego hay que barnizarla para que quede igualada con la pala que es como va originalmente.


En la siguiente foto se ve recién barnizado


Después de ajustar la cejilla la altura de las cuerdas queda perfecta (por lo menos para mí...)
Creo que esta reparación revaloriza el bajo ya que es un punto débil que ya no tiene. Un bajo con alma de este tipo es susceptible de fallar por aquí, sin embargo este ya no lo hará!


Y para terminar aprovecho para avellanar los "bujeros" de los tornillos de cubrepastillas y puente para que no molesten las cabezas cuando no se ponen los "ceniceros".





Y después de pasar un paño, unas foticos para la posteridad;






Aquí pasando la tarde con unos coleguitas...